Buscar este blog

lunes, 25 de febrero de 2008

Una vergüenza con solución

Como este tema también tiene su parte "seria", creo que puede ser interesante leer este artículo que encontré por la red sobre la percepción médica de los escapes involuntarios de pis.

Culturizarse un poco, tanto sexo, tanto sexo...jeje


El escape involuntario de pis no es grave, pero pesa mucho: provoca malestar psicológico y baja autoestima. Pocas se animan a consultar al médico por tratarse de un tema tabú. Así se pierden de saber que tiene cura en la mayoría de los casos.

Una mujer joven, atractiva, vestida con pollera, escucha que su madre mantiene una relación amorosa con su novio. Escena siguiente: la chica se hace pis encima. Así terminó uno de los capítulos que más dio que hablar del programa Vulnerables hace un par de temporadas. Es que el personaje interpretado por la actriz Inés Estévez estaba mostrando por primera vez en un medio masivo un tema más frecuente de lo que se piensa, pero que pocas personas se animan a comentar. Porque la incontinencia urinaria, es decir la pérdida involuntaria de pis en adultos, afecta a personas de todas las edades -incluídos jóvenes- aunque generalmente sólo se lo asocia a personas mayores. Como quienes lo sufren tratan de ocultarlo y tardan mucho tiempo en recurrir a un especialista, es difícil realizar estadísticas sobre la cantidad de afectados. En una encuesta realizada sobre 400 pacientes, por ejemplo, el 67% confesó haber tardado casi cinco años en consultar al médico. Pero los especialistas calculan que el 40% de las argentinas padece este mal; y en EE.UU. la cantidad crece al 48%. Según Miguel Ángel Zangone, médico urólogo: "Los casos más frecuentes son los de chicos que padecen enuresis -pérdida de orina nocturna- y las mujeres en general, más frecuentemente de 60 años en adelante. Y esto les causa muchos problemas: entre el 65 y el 70% de las mujeres que la padecen se aísla, no concurre al trabajo, tiene conflictos con su pareja y muchas veces presenta cuadros de síndrome depresivo porque cree que el problema no tiene solución". Pero sí la tiene.



Lo primero que hay que hacer para curarlo es determinar el origen del mal, ya que existen varios tipos de incontinencia urinaria: de urgencia, de esfuerzo o mixta. La de urgencia es la que ante la primera sensación de necesidad de orinar la persona no puede aguantar hacerse pis, mientras que la de esfuerzo es la pérdida de orina al toser, reír o estornudar.

Entre el 70 y el 80% de las pacientes que padecen incontinencia de esfuerzo tiene el origen en traumas obstétricos por multiparidad o porque han tenido un parto muy prolongado. Según Zangone "también algunos instrumentales usados durante el parto lesionan la anatomía del periné. Entonces, la paciente no puede cerrar su esfínter y pierde pis. El 45% de mujeres puerperales sufre de pérdida de orina en los primeros tres meses del puerperio". La Dra. Alicia Amato, ginecóloga, considera que "se está buscando trabajar interdisciplinariamente para tener un enfoque desde la ginecología y la urología con el objetivo de recuperar la capacidad funcional del paciente y sacarle el síntoma". Otro grupo que tiende a sufrir de incontinencia es el de las pacientes que han tenido muchos partos y por ese motivo presentan una anatomía perineal muy alterada.

Por otra parte, existe el síndrome de "urgencia frecuencia". El Dr. Zangone explica: "Hay gente que está llegando a su casa con la llave en la mano y se hace pis antes de abrir la puerta. O que siente ganas y el baño está ahí, pero no llega y se hace en el camino". Y agrega: "Ahí, ante una urgencia, entran en juego componentes hormonales, neuróticos o nerviosos con aspectos psicológicos o con escasa capacidad de la vejiga".

Otro grupo proclive a este mal lo integran las deportistas de alta competición. ¿La causa? Al no haber una compensación entre el ejercicio abdominal que hace con el ejercicio perineal, se escapa el pis. El Dr. Zangone explica que "el piso pélvico tiene un componente muscular donde se encuentran los esfínteres, entonces, si ese componente muscular no está preparado para recibir la presión abdominal que viene de arriba frente al ejercicio físico, no logra lo que se llama la coaptación: el cierre del esfínter a fin de contener la orina frente a la presión abdominal superior". Y agrega: "Esto se puede ejercitar. Pero como la gente no lo sabe, no consulta con el especialista".

Cuando este trastorno no se trata a tiempo, la humedad generada por reiteradas pérdidas genera lesiones o ulceraciones que empeoran el diagnóstico. Estar mojada todo el tiempo causa una irritación vaginal que cambia la flora, provoca micosis y lesiones por rascado. "He atendido casos de grandes prolapsos y hasta la perforación de la vagina por la humedad sumada a estar sentada permanentemente", explica el especialista.

Desde el punto de vista amoroso, la incontinencia altera muchísimo la sexualidad en la mujer que se angustia ante el temor de perder pis durante la relación sexual. Según Zangone: "Algunas mujeres llegan a la consulta porque las obligan sus maridos". Para la psicóloga Graciela Conrado, los pacientes tienen un sentimiento de vergüenza e incomodidad por el hecho de hacerse encima y por el olor. A eso se suma la vergüenza por tener que usar apósitos o, en los casos más graves, pañales. Esto genera conductas de aislamiento y sentimientos de discriminación social así como de baja autoestima.

Chau papelones

La buena noticia es que la incontinencia hoy puede solucionarse. El Dr. Zangone explica que hay distintos tipos de tratamientos, con o sin cirugía, para cada tipo de incontinencia. "Hoy, lo más novedoso es la cirugía mínimamente invasiva", asegura Zangone. Esta requiere una internación de 24 a 72 horas de acuerdo al tipo de intervención. La aplicación del sling, por ejemplo, sólo demanda 24 horas de internación y es la cirugía ideal para las mujeres que no tienen grandes alteraciones anatómicas: "se colocan pequeñas bandas de materiales heterólogos (colágeno, polipropileno o silicona) debajo del útero y levantando la uretra, así logran coactarla y darle fuerza al cierre de la vejiga", explica. Los resultados demuestran que el 87% de las mujeres operadas se curó totalmente.

La farmacología también ayuda aportando medicamentos que mejoran la continencia o aumentando el tono del esfínter externo. Para la incontinencia de orina puerperal existe el biofeedback. "La mujer puede hacer ejercicio frente a la pantalla de una computadora mientras está trabajando -cuenta-, simplemente apretando los músculos perineales".

La electroestimulación transvaginal es otro tratamiento: se colocan electrodos que estimulan el músculo en forma pasiva. Dura alrededor de 20 sesiones y la contracción muscular fortifica la capacidad de contención. Y también existe la fisiatría at home. "Se le provee a la paciente un dispositivo en forma de cono con unas pesitas -que van desde los 25 a los 75 gramos- que se coloca en la vagina. Debe usarlo 10 minutos a la mañana y 10 a la noche", explica el médico.

Y agrega: "Los primeros ejercicios deben hacerse acostada, después sentada y luego de pie, reteniendo el elemento extraño en la vagina para reforzar así los músculos perineales".

Lo cierto es que la incontinencia trae consecuencias físicas, a las cuales se les suman el rechazo de los familiares y el daño psicológico. Por eso es necesario que este trastorno deje de ser un tema tabú. Hablando con médicos especialistas se puede encontrar la solución para cada una y así mejorar la calidad de vida.

Texto Valeria Mariño

No hay comentarios: